El concepto de la máscara acústica canettiana es francamente enigmática.
El genial escritor búlgaro-británico sostenía que en el lenguaje formal y en concreto en su sustrato, es decir, en la palabra, se hallan una serie de limitaciones que no nos permiten apreciar el Absoluto de la Existencia.
Podríamos decir, según Canetti, que bajo el velo de toda unidad lingüística, existe un infinito de posibilidades que no llegamos a alcanzar del todo puesto que las palabras nos aprisionan.
Por eso el autor de “Masa y Poder” llegó a decir en uno de sus escritos, “Las voces de Marrakech”, lo siguiente: “sueño con un hombre que olvida las lenguas de la Tierra hasta no comprender cuanto se dice en ninguna de ellas”.
Sostiene el polifacético e indefinible escritor que, cuando empleamos la palabra, de forma voluntaria nos atrapamos en una especie de máscara, una estructura fija, nada moldeable y sí muy rígida e impenetrable, que nos define a cada uno de nosotros en forma de atributos orales.
Canetti se pasaba horas en los cafés de Viena y de Zúrich escuchando a la gente desconocida, no por chismorreo ni nada por el estilo, sino con la firme voluntad de descifrar la idea sustancial de cada una de las máscaras de cada orador, para así establecer un perfil de caracteres acústicos propios del ser humano.
Para mi la palabra es un subterfugio, a veces el único puente que nos permite estar cerca del otro, con sus limitaciones, claro está, ya que en una palabra se aglutinan una o pocas ideas y por lo tanto insuficientes para entender del todo lo que se alberga detrás de ellas, aunque en ocasiones, ese atisbo de luz es suficiente para saber que bajo la grieta de la palabra se abre una vida entera.
Adrián Tejeda Cano.
Detalle de la imagen.
Máscaras de piedra de 9.000 años hallada en torno al sur del desierto de Judea por la Autoridad de Antigüedades Israelí (IAA, por sus siglas en inglés). Es considerada una verdadera rareza no solamente por su fecha, sino por los enigmáticos rasgos donde destaca la presencia de unos ojos vacíos de expresión.
Fotografía de CLARA AMIT, ISRAEL ANTIQUITIES AUTHORITY
