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Sobre «El laberinto de las hormigas». algunas consideraciones para su lectura.

Definir el alcance de una novela no es tarea fácil cuando lo que se intenta plasmar es un ideario completo curtido tras algunos años de rumia literaria y existencial.

Podemos caer en la simplicidad de centrarnos en la mera historia de lo narrado como podría apuntar el filósofo Bying-Chul Han, a la sazón uno de los máximos referentes que yo haya podido tener en este trabajo, aunque modestamente creo que hacer eso es quedarse en las estribaciones de lo que uno intenta transmitir y por eso no vamos a entrar en su análisis.  Para eso, mejor leer el texto y que cada uno saque sus propias conclusiones aunque yo ya apunto a una premisa: la historia es pura ficción, nada de lo narrado ha sucedido jamás salvo en mi cabeza.

Centrémonos por lo tanto en lo verdaderamente sustancioso del asunto.

En primer lugar hay que decir que para el que suscribe todo esto, la novela como concepto es mucho más que una propuesta de ocio donde poder desconectar de la rutina: nada más lejos de la realidad. La novela es, en mi humilde concepción, un instrumento, una vía de escape por donde hacer aflorar de manera simbólica todas las obsesiones que acechan en la cotidianeidad del escritor.

De ahí los tintes melodramáticos que tiñen las páginas de El laberinto de las hormigas (loto azul/olé libros 2024), una especie de grito desesperado frente a las montañas de la desesperación y en  donde se exhalan  los abismos que TODOS llevamos dentro.

Sí, esa es la literatura en la que creo, la existencialista, la que comienza con los grandes rusos del siglo XIX, una cosa muy seria que debe tomarse con el debido respeto: escribir desde los Hombres para los Hombres y a veces contra los Hombres, no es tarea fácil. Muy al contrario, es un batalla encarnizada que libra el escritor consigo mismo donde van brotando como si fueran sus heridas de guerra  las ideas que han de salir por la carne sin más remedio.

Con esta visión subversiva y utilitarista del mundo de las palabras se ha tenido en cuenta la base conceptual de lo que se ha pretendido decir en este libro: la denuncia del estado actual del Ser Humano, convertido en una especie de Hombre engranaje vacío de espíritu que fluye por una época tecnolátrica a la que Sabato vio venir allá por los años cincuenta del año pasado.

Bajo ese paradigma, el ya mencionado filósofo Bying-Chul Han ha acabado de dar forma conceptual  a una realidad conocida por todos que bien recuerda al mundo feliz Huxleyiano  donde el enjambre de las redes sociales, la cultura de la belleza y de la salud o el sometimiento del individuo en torno a la masa neoliberal de producción son los aderezos propios de esta época. Precisamente, es en la concepción de  este último aspecto donde debemos subrayar también  otro nombre propio  con impronta en El laberinto de las Hormigas, el de Elias Canetti: el estudio de su impresionante ensayo sobre la masa y el poder me impactó muchísimo y me ayudó a tejer parte del entramado de la narración así como a elegir el título de la obra (algo muy importante en cualquier libro).

Y así, con esa manera de entender las cosas y  con la metodología que el maestro Sabato plantea en su obra ensayística (no es de extrañar que el amigo Alejandro Marzioni haya definido El laberinto de las Hormigas como una novela sabatiana), en la que se nos muestra la novela como una confluencia del puro inconsciente (donde habita la poesía) con lo racional de nuestra existencia ( el origen de lo prosaico más cercano), nos pusimos a la tarea de escribir hace ya dos años este trabajo que presentamos,  un trabajo que yo definiría como  novela gótica del siglo XXI, porque góticos son sus elementos: hay terror, soledades, amores, muertes,  ambientes que cobran vida como si fueran un personaje más y por supuesto tintes grotescos freudianos.

Lo único que espero con esta humilde aportación es suscitar en el lector una reflexión profunda de todo lo que nos sucede y que a la vez disfruten de lo que se cuenta, aunque como en el terror ese disfrute no es para nada amable. Eso lo dejamos para otros autores y para otros textos.

 

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El Laberinto de las hormigas es la nueva novela de Adrián Tejeda publicada por la editorial Loto azul/Olé libros.

 

 

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